PISO PAREJO, POLÍTICA PARA TOD@S
Publicado el: 16 de noviembre de 2017.
Por Francisco Ruiz
Tijuana, Baja California.- La regla de las 3R, refiere al cuidado y preservación del medio ambiente. Se trata de una iniciativa popularizada por la organización ecologista de origen canadiense Greenpeace; la cual aspira específicamente a reducir el volumen de residuos o basura generada por el ser humano y, a su vez, promueve el desarrollo del consumo responsable.
Las tres erres consisten en Reducir los contaminantes; Reutilizar, dando una segunda vida útil a los bienes o materiales; y Reciclar, es decir, transformar los residuos para que sean empleados de nueva cuenta en la misma presentación o una completamente distinta. Esta filosofía ha sido muy bien recibida por gran parte de la población mundial, incluso múltiples naciones han implementado políticas públicas que se adecuan a este principio.
Tan cotidiano se ha vuelto este hábito que incluso ha sido adoptado en otros aspectos de la vida del Hombre; ejemplo de ello es la política, particularmente en los procesos de elección. ¡Ojalá me refiriera al reciclaje de la propaganda electoral! Infortunadamente, se trata del “reciclaje” de los -bien o mal- afamados actores políticos.
Durante esta semana, un par de diarios locales dedicaron su editorial al “destape” de una presunta lista que contiene los nombres de las y los bajacalifornianos candidateables para los puestos de elección popular a nivel federal, que estarán en juego durante el 2018. Lo realmente sorprendente de ello, fue la aseveración de los medios impresos, por lo que supongo que muy seguramente cuentan con fuentes de primer nivel, sumamente serias y confiables.
La sorpresa menor fueron los nombres de las y los jóvenes, adultos y personas de avanzada edad que aparecen en la redacción de los periódicos. La abundancia de recurso, linaje o padrino -madrina-, es el común denominador entre ellos. Se reutilizan los desafortunados candidatos que se quedaron en el camino, a los ansiosos chapulines y vástagos herederos.
Bajo esta premisa, la clase política tradicionalista ni reduce ni recicla pero eso sí, se rehúsa a competir con caras nuevas e ideas frescas, menos si se considera rediseñar un esquema obsoleto y desgastado. Ante este escenario, la decepción de los militantes y simpatizantes de los partidos políticos es una consecuencia constante, obvia y hasta obligada, por lo menos en un sistema que se dice democrático.
Ello nos obliga a reflexionar si la ausencia de un “piso parejo” o el exceso de “dados cargados”, imposibilitan a las nuevas expresiones políticas para poner a disposición de la sociedad su talento, experiencia y convicciones.
A estas alturas, resulta “curioso” como otro aspecto de la regla de las tres erres se empata con el terreno político-electoral, pues aunque la sociedad poco a poco se ha involucrado con el hábito del reciclaje, no lo hace así con la cultura del consumo biodegradable, la cual consiste en la descomposición automática de los materiales una vez que estos han concluido su ciclo de vida productiva. Una conducta que muy difícilmente observaremos en los caciques de la política, quienes optan por vivir el ánimo del vituperio, a tener una digna retirada.
- S.- “Chango viejo no aprende maroma nueva”, refrán popular.
* El autor es maestrando en Comunicación Política. Contacto: @FranciscoRuHe oteroymestas@gmail.com.
Publicado el: 16 de noviembre de 2017.