LA INSEGURIDAD, ¿CUENTO DE NUNCA ACABAR?
Publicado el: 8 de enero de 2018.
Por José A. Lira
El índice de inseguridad en nuestra ciudad parece no tener límites. Las sirenas policiacas a la distancia se han convertido en parte de la ambientación sonora de nuestra ciudad.
Todos los días leemos, escuchamos y vemos noticias sobre robos, asesinatos, venta de drogas y secuestros. Algunas veces, en la reflexión de la noticia, tratamos de ponernos en los zapatos de los afectados, deseando que nunca te pase a tí o a tu familia una cosa de tal magnitud y naturaleza.
Sin embargo, hay veces en que las circunstancias, te pondrán ahí.
El pasado 6 de enero en un McDonald’s ubicado en una avenida transitada de la ciudad, fui espectador de un robo a mano armada. El individuo entró al establecimiento como un cliente más. Al acercarse al área de cajas, metió su mano a uno de los bolsillos de su chamarra y apuntó en dirección de los comensales. Con miradas nerviosas, los comensales empezaron a sacar el dinero. Al percatarme que el ladrón estaba distraído, decidí tomar acción y buscar ayuda. Rápidamente marqué al número de emergencia, pero la línea estaba saturada. Lamentablemente, de todos los días que hay oficiales en las calles, ese día, no había ningún elemento a la vista. Corrí hacia una farmacia pidiendo que marcasen a la policía, pero no tenían línea telefónica. Desesperadamente, vuelvo a marcar a la línea de emergencia y una vez más, la línea se encontraba saturada. Al momento de volver al lugar de los hechos, el ladrón había huído y cumplido su cometido. Los comensales, aún en shock por lo sucedido, pero a salvo, cerraron las puertas del establecimiento por si el ladrón volvía.
Minutos después, oficiales arribaron al lugar y empezaron a indagar sobre lo sucedido para inmediatamente tomar acción.
Como ciudadano, sentí gran impotencia al no poder brindar ayuda o contribuir de alguna manera al impedimento del robo. El remordimiento de no poder hacer nada en este tipo de situación me hizo reflexionar en lo que se vive cada día en nuestra ciudad. Todos los días en algún lugar de nuestro municipio, hay una persona pasando un mal momento y seguramente, deseando poder evitarlo. La saturación de la línea de emergencia es un golpe de realidad, aquella realidad que parece no cesar. Aquella realidad que hemos vivido, vivimos y seguramente seguiremos viviendo, pero con la esperanza de que algún día, todo mejore.
Tijuana, Baja California. 8 de Enero del 2018.
Publicado el: 8 de enero de 2018.