Con tierra, agua y amor, creó un negocio de pequeños mundos en frascos de vidrio

El ingeniero industrial Eduardo Dávila Medellín encontró hace cinco años una forma creativa de ganarse la vida, utilizando solo plantas, tierra, agua y un poco de luz de lámpara.
Eduardo compartió que se dedica a la creación de terrarios cerrados, una técnica que comenzó a practicar por necesidad, luego de verse obligado a dejar su empleo anterior por problemas de salud.
“Yo trabajaba en la industria maquiladora; por cuestiones de estrés me enfermé y tuve que buscar otras formas de ganarme la vida. Como siempre he sido amante de las plantas y la naturaleza, decidí empezar con este proyecto”, relató.
Agregó que su gusto por las plantas fue inculcado desde pequeño por su abuelita, quien le enseñaba a sembrar árboles frutales y flores de temporada.
Actualmente, en su proyecto llamado Lalotopía, trabaja con terrarios abiertos y cerrados, así como con ecosistemas tropicales y desérticos.
El costo de estos ejemplares varía según el tamaño del encapsulado, y va desde los 150 hasta los 3,500 pesos. Además, señaló que los cuidados son mínimos, ya que suelen regarse solo tres veces al año.
Finalmente, comentó que en México aún son pocas las personas que practican la técnica de los terrarios, pero que gracias a las redes sociales cada vez se vuelve más popular.